
¡Hasta 14 tributos distintos!
Al comprar una vivienda, y dependiendo del tipo de inmueble (obra nueva o vivienda usada), se aplican unos u otros tributos, que podemos dividir también por figura impositiva. Es decir, encontramos tributos municipales (de la población en la que está ubicada la vivienda), tributos autonómicos y tributos estatales.
Además de los tributos que gravan la compra de una vivienda, también hay impuestos que gravan la construcción o rehabilitación y otros que tienen relación con la propiedad o posesión del inmueble.
Otra subdivisión es: impuestos que se liquidan una única vez e impuestos que tienen continuidad en el tiempo (normalmente anuales).
Al comprar una vivienda
• Vivienda nueva: IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) –impuesto estatal– + AJD (Actos Jurídicos Documentados) –impuesto estatal cedido a las comunidades autónomas.
• Vivienda usada: ITP (Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales Onerosas) –impuesto autonómico.
• Para ambas: IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) –impuesto estatal que se paga en el caso de obtención de rentas (alquiler, venta o segunda vivienda).
Impuestos municipales más conocidos
• IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles): por ser propietario del inmueble, pago anual al ayuntamiento correspondiente.
• Plusvalía municipal (IIVTNU): al vender, heredar o donar, cuando hay incremento del valor del terreno.
Además, si construyes o rehabilitas, deberás añadir otros tributos locales (licencias urbanísticas, cédula de habitabilidad…).